Muros
Comenzamos nuestro viaje en Muros, una villa marinera que ha sabido conservar el encanto de los pueblos típicos coruñeses con las típicas galerías acristaladas y las casas modernistas. En su entramado urbano destaca la plaza de la de la Pescadería Vieja con sus soportales. De allí a la del Mercado de Abastos, con su bello edificio de doble escalinata toparemos con un sinfín de posibilidades de tomarse unas tapas acompañadas de un vino de la tierra. Casa Petra (Avda. Castelao, 31) es un buen lugar para comenzar nuestro tapeo a base de pulpo a feira, berberechos o cualquier producto del mar.
El marisco y su consumo está íntimamente ligado a Muros. Los primeros días de agosto se hace en la villa una fiesta de exaltación a uno que, junto al berberecho, es la estrella de las cartas de sus restaurantes. Es la Fiesta de la Navaja y, entre otras actividades, tiene lugar una degustación de este producto en las calles de la población.
Por derecho propio la lonja es uno de los centros neurálgicos de Muros. Con la empresa Mar Galaica podremos hacer una interesante visita a este espacio, ver la subasta, la fábrica de hielo, la zona de pesaje y vivir en primera persona esta experiencia profundamente marinera. También organizan visitas a mariscadoras y a bateas.
Noia
Recorreremos 29 kilómetros por la AC-550 y en la orilla sur del río Tambre nos toparemos con Noia. Hay una parada gastronómica a mitad de camino en la localidad de Esteiro. Es el restaurante Muelle 39, especialistas en arroces entre los que destacan los marineros.
Una vez en Noia, seguiremos disfrutando de la relación con la gastronomía y especialmente con marisco en esta zona. En el restaurante Alborés (C/ Escultor Ferreiro, 28) tienen unas de las mejores empanadas de berberechos de la ciudad en temporada pero hay que hacerla por encargo.
En septiembre celebran en la ciudad la Fiesta de la Empanada y el Ripote(bollo típico en forma de trenza).
En el restaurante La Central, situado en el hotel La Pesquería del Tambre, a diez kilómetros de Noia, en plena naturaleza y a la vera del río Tambre, podremos degustar también lo mejor de la cocina tradicional gallega como los pimientos de Padrón, el caldo gallego, el lacón con grelos o las filloas.
Otro grande de Noia es el restaurante O Ferrador (Costa do Ferrador, 11), con su cocina gallega especializada en marisco, pescado y carnes.
El mercadillo semanal de Noia (C/ Curro), los jueves y los domingos, es un escenario perfecto para adquirir los productos más frescos de la comarca.
Porto do Son
Tomamos la AC-550 en dirección al oeste y tras 16 kilómetros llegamos a Porto do Son, cuya flota de bajura recoge algunos de los mejores mariscos y pescados de Galicia. Merece la pena hacer una visita al puerto en diario para observar la faena diaria de los pescadores. Algunos de los mejores ejemplares que salen a diario del puerto se consumen en restaurantes de la ciudad como Portofino, especialistas en pescados y mariscos de la ría (no hay que perderse su arroz con bogavante).
El Museo de Memoira Mariñeira de Porto do Son es la prueba de la importancia que tiene el mundo del mar en la ría. Inaugurado en 2013 nos lleva por el mundo de los oficios del mar y su vinculación a la vida de los pueblos marineros.
En agosto celebran en Porto de Son una fiesta vinculada al mar también y en especial a uno de los alimentos que hacen a Galicia famosa en todos los rincones de España, el pulpo. La Fiesta del Pulpo es un homenaje a este cefalópodo y a todo lo que ha dado a la cocina local. Durante un día entero todos los asistentes pueden disfrutar de la degustación del plato que se hace.
Baroña
Finalizamos ruta en Baroña, a 5 kilómetros de Porto do Son por la AC-550. Lo más conocido en Baroña es su castro con permiso de sus bodegas, que llevan el nombre de la localidad. Castro de Baroña sólo cuentan con uvas albariño y están acogidos por la Denominación de Origen Rías Baixas.
Previa cita telefónica tendremos la oportunidad de visitar sus instalaciones y disfrutar de una jornada enológica que nos aportará una visión completa de cómo se elabora uno de los vinos que mejor armoniza con el alimento que nos ha llevado de viaje, el berberecho.
Piérdete 